No hay noticias escritas de Baños de Vilo hasta el siglo XVIII, a pesar de que en la comarca eran muy conocidos sus baños. El nombre de Vilo, es de origen latino. Los romanos curaban sus heridas en estas aguas con propiedades medicinales. Los árabes hablaban de una fuente hedionda, y los cristianos la llamaban fuente Santa. Alrededor de los baños se forma la aldea. De hecho, entre los siglos XVIII y XIX, el balneario estuvo considerado como uno de los más importantes de Andalucía, hasta el punto de que en 1892 sus aguas fueron declaradas minero medicinales. Pero, permanece fuera de servicio desde 1907, año en el que el balneario fue arrasado por una tormenta.
Un nuevo estudio realizado a través del programa Thermaland, de desarrollo del potencial termal de Andalucía, acción conjunta de cooperación en el que participan 10 grupos de desarrollo rural, viene a ratificar ahora tanto sus propiedades como sus posibilidades para la explotación turística.
El estudio, que califica las aguas como sulfatadas cálcicas, con un pH de 7.43 y una temperatura 21,8º, será dado a conocer hoy viernes en Vélez por los responsables del CEDER-Axarquía. El informe incluye el potencial termal de los Baños de Vilo y sus posibilidades para reforzar la oferta turística de la comarca. Desde finales de 2006, se encuentran en funcionamiento los cinco apartamentos rurales ejecutados por iniciativa municipal con el apoyo de instituciones como el CEDER-Axarquía.
Su enclave es privilegiado, cerca de la Sierra de Enmedio y a la falda del cerro que la cobija, rodeada de la flora típica del bosque mediterráneo, con encinas, lentiscos, algarrobos, acebuches, mimbres y retamas. Por ser zona de regadío, se encuentran árboles de huerta, el más importante, el olivo, en la variedad de olivo verdial, que proporciona al aceite de la zona un olor y textura característicos. El melocotón es otro árbol importante para la economía y la notoriedad de la comarca de Periana.
Además del nacimiento que da nombre a la aldea, hay otro muy importante, el del cortijo El Batán, donde el agua mana bajo las piedras con más de 100 litros por segundo. Siendo la única fuente del entorno que mantiene el mismo caudal tanto en verano como en invierno, debido a que, al ser un acuífero de roca travertínica, su porosidad controla siempre el mismo flujo de agua. El lugar es relajante y agradable. Allí las lugareñas iban a lavar la lana, ya que las agua sulfídricas-cálcicas de Baños de Vilo no eran adecuadas para este menester.
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